Según el modelo desarrollado por Sociedad de Tasación, en base a la información publicada por la Guía Ciudadana de Impulso a la Rehabilitación del CSCAE, “una vivienda de más de 50 años puede incrementar su valor en un 25% tras ser rehabilitada”. No hablamos sólo de una mejora en los parámetros de habitabilidad y confort, sinó también de un incremento del valor patrimonial a largo plazo.
El hogar que incrementa su valor patrimonial está, sin duda alguna, amortizando los gastos de dicha rehabilitación. Teniendo en cuenta que la actualización de la instalación eléctrica supone entre el 5 y el 8% del total de una rehabilitación, hablamos de una amortización rápida que, claramente, sale muy rentable.
Pongamos un ejemplo exacto, extraído de la Guía Ciudadana de Impulso a la Rehabilitación. Un hogar correctamente rehabilitado puede alcanzar “un ahorro de hasta el 80% en el gasto energético de calefacción y refrigeración”. Dicho con otras palabras, el gasto de la rehabilitación es la forma más eficiente de ahorrar.
Se considera que se alcanza la recuperación de la inversión a los 10 – 20 años. Aunque, teniendo en cuenta las subvenciones actuales, que pueden llegar a cubrir hasta un 80% del valor de la actuación, ¡el beneficio llega mucho antes!
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