La rehabilitación es el proceso por el cual una vivienda o edificio mejora sus prestaciones, lo que repercute en la calidad de vida de las personas que lo habitan. Esta mejora se debe a aspectos relacionados con la salud, el bienestar, la seguridad o la habitabilidad. Además del ahorro de energía o el aumento del valor patrimonial del inmueble. Sin contar la mejora directa en la calidad del aire y en los niveles de contaminación de las ciudades.
Por todo ello, existe una crucial necesidad de aumentar la velocidad de renovación de las viviendas para que no continúen envejeciendo, sino que puedan adaptarse a las necesidades bioclimáticas marcadas por la tecnología y la reducción de nuestro consumo.
Eso sí, si queremos cumplir los objetivos marcados para 2050 habría que rehabilitar 350.000 viviendas al año, manteniendo una tasa constante de rehabilitación del 3,4 – 3,5% anual del parque. ¿Lo conseguiremos?
Hablamos de un cambio cultural que debe seguir progresando en beneficio de todos nosotros, siendo la actualización de la instalación eléctrica un elemento clave dentro de todo el proceso de rehabilitación. Es decir, a la hora de realizar una rehabilitación integral no se puede pasar por alto el diagnóstico de la instalación eléctrica.
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